¿Por lo regular se siente sin energía y sin ánimo, pero su especialista le ha dicho que no hay nada malo con su salud?
¿Ha probado con diferentes tipos de dietas y ejercicios, pero no puede perder peso?
¿Sufre de artritis, pero no le gusta tomar medicina para aliviar el dolor?
Si respondió “sí” a cualquiera de las preguntas anteriores, estará de acuerdo que no existe una píldora mágica o una pócima que arreglen esos problemas; la buena noticia es que existe algo que usted puedes hacer para cada uno de los casos y además prevenir muchos otros problemas de salud.
Lamentablemente, muchos problemas de salud se cree que son consecuencia “normales por la edad” o “enfermedades comunes” cuando, en realidad, son señales del cuerpo diciendo que no está funcionando de la mejor forma.
Yo sufría con dolores de cabeza, problemas digestivos e infecciones crónicas recurrentes. Después de muchas visitas al doctor y exámenes de sangre, quedaba sorprendida cuando me decían que no había nada malo en mi… pero sabía que algo no marchaba bien.
La primera vez que visité a un neurópata (poco después de los 20 años) pude confirmar que tenía candidiasis sistémica. Al hacer los cambios necesarios a mi dieta y estilo de vida, comencé a notar cambios muy rápido y al fin pude disfrutar de buena salud. Además, soy vegetariana desde hace 30 años y desde entonces no he querido cambiarlo.
El cambio drástico en mi salud y el interés entre la relación dieta y enfermedad, me inspiraron a estudiar neuropatía y, de manera posterior, convertirme en neurópata en 1991.
La información que les proporciono a ustedes en este libro, no está guiada para curar una enfermedad en específico, pero lo encamina a favorecer su salud y bienestar de manera general.
Si está listo para empezar a sentirse “más que bien” y busca realizar los cambios necesarios, entonces acaba de dar el primer paso
