El viernes 26 de febrero de 1990, en un restaurante en Cimitarra,Santander, asesinaron a Silvia Duzán junto con tres líderes campesi-nos: Josué Vargas, Saúl Castañeda y Miguel Ángel Barajas. Diecisieteaños después, frente a la ausencia de una explicación por parte delEstado y ante la impunidad de la que gozaban los asesinos, sus cómplicesy los autores intelectuales, su hermana María Jimena reunió el valorpara emprender un viaje al infierno y hacer una rigurosa investigaciónde la masacre. La búsqueda la llevó a develar el proyecto paramilitarque pretendía adueñarse de las tierras de campesinos indefensos yhacerse con el poder socioeconómico de la región; reveló además lacomplicidad de las Fuerzas Armadas y la Policía con los asesinos, lainjerencia del narcotráfico en las fuerzas paramilitares y los métodosde entrenamiento, intimidación y tortura de estos grupos ilegales.Su testimonio es al mismo tiempo una desgarradora historia personalsobre el proceso de enfrentar el dolor y descubrir la verdad, yuna crónica sobre el desarrollo de la violencia narco-paramilitar que haafectado la vida de miles de colombianos. Es, en suma, un esfuerzo porentender la realidad del país y darles voz, reconocimiento y dignidad alas víctimas de la guerra.